Los caballos me enseñaron que es posible el cuidado desde el lenguaje del amor y la compasión, la conexión que lo une todo en la naturaleza: el lenguaje del alma.
Mi vida está inmersa y atravesada por la experiencia y el aprendizaje continuo de estos maestros que me acompañan desde la infancia. Crecí en el campo, rodeada de caballos que me enseñaron la relación del mundo equino en su hábitat natural.
A los 13 años comencé a practicar equitación y ahí aprendí la vida de los caballos estabulados. A los 17 me convertí en Instructora de Equitación y ya domaba algunos de mis caballos. Apasionada de mi profesión, durante 17 años me desempeñé en Escuelas de Equitación, coordinando equipos de trabajo, formando y desarrollando profesores, acompañando a los alumnos y sus familias para facilitarles el aprendizaje de los equinos, como también la elección de los caballos apropiados para ellos. Y también colaborando en el armado de escuelas de equitación y la selección de los caballos apropiados en cada caso, tanto en Argentina, como en Latino américa y Estados Unidos.
¿Qué pasó luego? Mi propio proceso. Empecé a tener nuevas inquietudes respecto del sentido que le quería dar a mi conexión con los caballos y en cómo re formular mi vida junto a ellos. Cada día con más fuerza, recordaba la conexión que había experimentado junto a ellos en la naturaleza. Cada vez, con más fuerza, sentía la necesidad de volver a ese origen.
Y esa fue mi propia transformación: integrar la experiencia de vida y trabajo con personas y caballos, a través de mi profesión de Coach Ontológico con acreditación local e internacional –AACOP y FICOP-, y especializaciones como Formadora Asistida con Caballos, Técnicas de Sanación con Caballos, Diplomada en Coching Asistido con Caballos, Armonizadora con Cristales desde la Metodología SabiduriaCristal y Técnicas de Neurociencias y Liderazgo.